Camina majestuosa

Imperturbable es tu sublime calma milagrosa
tú, que riges la noche con bellos destellos
sigue, sigue tu marcha lenta y majestuosa
cruzando los espacios ondulantes de los fieles aullos.

Corre y no alumbres mi profunda pena
sobre estos huesos de esperanzas muertas,
ciegos mis ojos estaban sin los rayos de tu faena
ofreciste luz a quien caminaba a tientas.

Vuela con tu belleza
que al trovador inflama
bástete, sobre el corazón marchito y su pureza.

Vélate, sobre la lila blanca y el mar sus perlas derrama
que brillan y desaparecen ¡ay, las sombras de duelo!
Vélate sobre mi alma.



Estaciones





Todos los corazones
poseen las estaciones,
de primavera a invierno,
de flores cuando hay un averno.

Cada quien tiene la llama 
que da calidez a su corazón y ama
cada quién tiene las flores
que absorben la lluvia y sus sin sabores.

Pero hay también quienes tienen la nieve en su interior
que cuando hay una luz cálida se apaga
y cuando hay lluvia, ¡peor!
se quema a sí mismo bailando al lado de olas monstruo con temor.

Hay nieve en el alma,
si en el alma nieva
¿cómo desprenderme de ella?
Creo que nunca seré primavera.

Si fuera otoño,
la tranquilidad de mis hojas serían un añoro;
si fuera verano,
la luminosidad de mi alma llevaría al azuleño amparo;
si fuera primavera,
rosales pintarían la vida de cantares como vez primera;
soy invierno,
arroparme es necesario con la compañía de un beso tierno.

La cima y el abismo

He escalado la cima del mundo
¡qué de mundo! Más allá de este.
Me despedí del traje moribundo
para alcanzar lo más alto, al brillo celeste.

Mis ojos destellearon a cada pulsación
que ofrecían ellos o mi pensamiento, 
pero ¡ay! cuidado con el corazón,
causante de desequilibrios,
nubla mis ojos, 
marea mi alma, 
no miento.

Suprasensible

De fenómenos está hecho el mundo
mi ojo inútil, el color incrédulo
lo cierto es mi entendimiento
viene a nuestra merced, no es un encantamiento.

Es incorrecto el cómo, ¡ay, qué ingenuo!
la pregunta es sobre la  manifestación
necesaria es la experiencia, pero no es el todo, polluelo
síntesis de a priori y a posteriori, 
sensibilidad y entendimiento.

Origen de un caos de sensaciones
desde el exterior apuntan a mi mente,
lo ordeno en un tiempo y espacio
la abstracción se hace presente. 

Lo incognocible, el noúmeno, es inaccesible
qué curioso el simple conocer
según la reforma en el intelecto,
el color que yo veo, puede que no sea el mismo que tú ves.

A mi madre

Amor del bueno 
y amor de vuelo
que con tu canto me guías
y me das alas aún en guerrillas.

Mi madre es un poema
sus versos son lecciones que con cariño en mí anida
en su sonrisa contiene la dulzura más humana
y en su abrazo se siente la paz tan añorada.

Mi ángel que me fue otorgado en la Tierra
es un ser celestial de amor divino
festejar su existencia con un buen vino
quiero que sea siempre eterna, a Dios suplico.

La oscuridad se apoderó de mí

Sigo preguntándome si Afrodita
vertió en mí algo de su amor,
pues destruyo los corazones cual dinamita
sintiendo el peso de la culpa y su clamor.

Tengo por atributos todos los pecados
cuando nadie vino a proteger el candor de un capullo,
Lilith me cantó una canción de cuna para dos
asubiándome de la vorágine en medio del barullo.

Vino en mi sangre
y oscuridad en mi alma,
solo queda saciarme
pues no existe la calma.

En el raso de la noche
una brisa bría me acaricia
es Nyx que con su manto me cubre sin reproche
mandando mis sentimientos al Tártaro trayéndome alivia.

La oscuridad se apoderó de mí
y yo vencida caí a sus pies,
soy parte de ella
ella es parte de mí.

Soy sombra, 
soy lujuria,
soy todo lo que me han prohibido,
soy todo lo he querido.

Una bonita casualidad

Y llegaste a mí como una oleada de colores 
de miradas perdidas y con sabores
despertándome del sueño
y contagiándome la vida. 

Llegaste para ser una nueva música a mis oídos 
listos para el compás de un  baile sin máscaras 
y mira que no somos tan distinto
por ello me permito creer.

Nunca he creído en el destino 
tampoco es que ahora sea distinto 
pero la era casualidad de cruzarnos ese momento 
dio un nuevo giro a mi monótona vida.

Llegaste con la caída de otoño 
de ojos serenos en un cielo apacible 
déjame acariciar tu tristeza hasta que la última lágrima cese
y así contemplarte sonrisas de a besos.

Caballitos de Aniz

Cien mil caballitos de aniz

recorren hoy día sin fin

consecuencia de actos atrás

que hoy entierran sus uñas sin más.

Corcobado tenía razón

cuando pierdes todo el amor

y no hallas algún corazón

que te sepa llenar con todo fervor.

Cien mil caballitos de aniz

varias noches deseaba morir,

si la pena es una máscara feliz

¿cuándo será el día que toque partir?

De mar se inunda esta habitación

de si irme y lo que dejo atrás

no quiero destrozados a mis tripulantes en esta embarcación 

pero ese timón no sé navegar.

Cien mil caballitos de aniz

que mi cuerpo sea universal

y empaquen mis cenizas en un veliz

tirándolo al mar que tanto cobijo me ha sabido dar.

Nuevos aires

Felonía al ser se disipa,

florece los lirios a la tan soñada primavera

cuántas hojas marchitas fueron sepultadas

en el frío invierno de esa monotonía.

Surgiste de las cenizas

y ahora ni las estrellas brillan tanto como lo haces tú

quién creería que de piedra tropezante

nacería un cometa a paso firme y alarmante

Sepultando los cráteres

que hacían de su derrota

una fiel tristeza que incendiaba sus ortencias

¿Ahora a dónde corres?

Cometa, cuidado que te estrelles

Te ves tan fugaz y fulgurante,

que daría por seguro

que quien trajo la primavera

fuiste tú

al helarte hasta querer morir

y luego resurgir

dejando atrás

el hambre de las penas

queriendo rugir

todo aquello que te hizo temer.

Rugido que tembló el cielo

y escuchó Apolo,

zozobraste toda sombra

y ahora hay un sol que te alumbra.

En Nombre del Amor

Desdibújame las cicatrices
arranca mis miedos
abraza los matices
de este fuego en nuestros dedos.

Que se incendien las trincheras
a voces de fuego que pidieron agua
cuando se apagaron las velas
en una condena inicua.

Alzarán las voces
miles de almas contra el garrote
que desconoce los llantos
de un pueblo sin santos.

Solo te pido que en esta odisea
me acompañes a contra marea
siendo tú para mí y yo para ti
lucharemos con sangre hasta el fin.

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